miércoles, 9 de enero de 2013

La espera


¡Ah! Si pudiera detener el tiempo,
como la muerte.
Es fácil para ella destruirlo,
borrar el grito de las horas pútridas
sin contemporizar esos latidos
que avanzan condenados por los días.
La noche llegará. Seré la nada,
y soñaré con algo que no importa.
Encarcelada en mis oscuridades
podré agonizar en paz
sin más dolor que el que la vida otorga.

EJB