Dijo Séneca: El hombre es para el hombre un peligro cotidiano.
No podemos evitar las agresiones que sufrimos si provienen de la propia naturaleza humana. Por lo tanto, en nuestra permanente lucha contra este ingrato e inevitable enemigo, es de sentido común abastecernos de armas para minimizar su poder destructivo.
Una de mis listas de imperativos para evitar las perniciosas influencias (propias y ajenas) que nos causan infelicidad es la siguiente:
1. Sé amable.
2. Ahorra.
3. Piensa antes de actuar.
4. Practica siempre que puedas el arte de conversar.
5. Muévete.
6. Sonríe, aunque no te apetezca.
7. Si te apetece, llora.
8. Cuida tu higiene personal.
9. Aléjate de la gente tóxica.
10. No te vayas a dormir sin haber aprendido algo.