viernes, 16 de diciembre de 2011

Washington Square, de Henry James

Hace unos meses compré una preciosa reedición de esta obra (Alba clásica). Suelo terminar los libros que empiezo, aunque me cueste en algunos casos, porque no hay libros tan malos como para que no se pueda aprovechar algo, aunque sea poco nutritivo. Tengo que reconocer que la adaptación al cine de William Wyler (La heredera), con una insuperable Olivia de Havilland, me conmovió muchísimo más que el original de James. En ésta, el ritmo es excesivamente lento y el retrato de situaciones y personajes se ofrece con un estilo sin grandes pretensiones, donde las opiniones del narrador se exponen en primera persona del plural, en un tono de complicidad innecesario.  Si añadimos a ello el uso de un léxico básico y una sintaxis muy sencilla, resulta un conjunto un tanto infantil, como si pensara en un lector corto de miras. Yendo más lejos, como si su objetivo fuera una lectora femenina sin ganas ni capacidad para ampliar sus conexiones neuronales.
Una muestra:
"En la época que nos incumbe tenía alrededor de cincuenta años y se hallaba en la cumbre de su popularidad. Era muy ingenioso y en la mejor sociedad de Nueva York se lo tenía por hombre de mundo, pues de cierto lo era cumplidamente. Me apresuro a añadir, en anticipación de posibles equívocos, que no era ni por asomo un charlatán.
El genial director de cine convirtió en magnífica una obra que considero prescindible.